Semana 4, orando por nuestras emociones.



Llegamos a la semana 4 y no puedo creer lo rápido que pasa el tiempo, estamos invirtiendo el tiempo de la mejor manera, leyendo la Palabra de Dios y orando por nosotras mismas tal como lo planeamos en diciembre, sigues animada verdad? Espero que sí porque esta semana es igual de maravillosa que las anteriores.

Ya te estas preguntado porque oraremos, y bueno déjame decirte que estaremos orando por nuestras emociones.

 Ay! Nuestras emociones…

Por cuantos cambios hormonales pasamos, ciertamente es increíble a veces el carrusel de emociones que vivimos, la montaña rusa donde nos paseamos y en fin solo nosotras sabemos lo que significa, entonces conociéndonos un poco vamos a orar juntas por nosotras y esas emociones que debemos controlar bajo el poder del Espíritu Santo de Dios.





 Señor ayúdame para NO ser confundida y engañada
 por mis emociones y sentimientos.
Jeremías 17:9
Engañoso es el corazón más que todas las cosas,
y perverso; ¿quién lo conocerá?

 Señor ayúdame a no ser una mujer dramática, manipuladora, ni exagerada
en mis relaciones interpersonales.
Salmo 46:10
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; 
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.

 Señor, ayúdame a ser una mujer sabia y prudente al hablar, 
vestirme, y maquillarme.
Proverbios 11:22
Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo
Es la mujer hermosa y apartada de razón.

 Señor ayúdame a ser una mujer diligente en todo lo que hace, 
trabajadora,  capaz y valiente  como la mujer virtuosa.
Proverbios 31
10 
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?

    Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
11 
El corazón de su marido está en ella confiado,

Y no carecerá de ganancias.
12 
Le da ella bien y no mal

Todos los días de su vida.
13 
Busca lana y lino,

Y con voluntad trabaja con sus manos.
14 
Es como nave de mercader;

Trae su pan de lejos.
15 
Se levanta aun de noche

Y da comida a su familia

Y ración a sus criadas.
16 
Considera la heredad, y la compra,

Y planta viña del fruto de sus manos.
17 
Ciñe de fuerza sus lomos,

Y esfuerza sus brazos.
18 
Ve que van bien sus negocios;

Su lámpara no se apaga de noche.
19 
Aplica su mano al huso,

Y sus manos a la rueca.
20 
Alarga su mano al pobre,

Y extiende sus manos al menesteroso.
21 
No tiene temor de la nieve por su familia,

Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
22 
Ella se hace tapices;

De lino fino y púrpura es su vestido.
23 
Su marido es conocido en las puertas,

Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
24 
Hace telas, y vende,

Y da cintas al mercader.
25 
Fuerza y honor son su vestidura;

Y se ríe de lo por venir.
26 
Abre su boca con sabiduría,

Y la ley de clemencia está en su lengua.
27 
Considera los caminos de su casa,

Y no come el pan de balde.
28 
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;

Y su marido también la alaba:
29 
Muchas mujeres hicieron el bien;

Mas tú sobrepasas a todas.
30 
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;

La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
31 
Dadle del fruto de sus manos,

Y alábenla en las puertas sus hechos.






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