Sin duda llegó el
día del ánimo, y realmente me gusta y estoy
segura que a ti también te gusta, vimos el lunes pasado lo que es el desánimo y
el daño que nos hace, sin haber profundizado demasiado, pero la angustia y stress
que genera el desánimo en el ser humano, lo lleva a enfermarse y en ocasiones
son enfermedades graves y terminales, por ello el desánimo es casi una
enfermedad, y me gustaría que lo veamos así, como lo que es, un pecado, cruel
que daña terriblemente.
Hoy en medio de la
convulsionada vida en la que vivimos, lo que más necesitamos es practicar
el ministerio de animar a otros, comenzando dentro del hogar, con nuestro
esposo e hijos, animar es la capacidad humana de alentar y mostrar afectos, es
comprender es contagiar de fuerza y energía a otros para resolver situaciones,
o emprender algo.
En realidad todos
conocemos a gente que está en gran necesidad de ánimo y muchas veces nosotras
mismas necesitamos una dosis de ánimo. Por
lo general cada semana escucho de personas que están luchando contra la
desesperanza, la desesperación, la tristeza de los muchos problemas que le
aquejan, y me doy cuenta de la necesidad urgente que tienen del regalo del
ánimo, y ese regalo viene de alguien como tú que conoces al Salvador y puedes
infundir esperanza, confianza y consuelo a través de Cristo.
Sé muy bien que
dar ánimo no se nos da por naturaleza a la mayoría de nosotras, pero, para
nosotras como creyentes, no es una opción, es un mandamiento basado en el amor de
Dios, y los mandamientos fueron dados para obedecer, así que cuán importante es
orar a partir de hoy para ser una animadora constante.
Me impacta saber
que en el Nuevo Testamento 32 veces se nos recuerdan las cosas que debemos
hacer «unos por otros», y uno de esos mandamientos es animarnos unos a otros
lee Heb. 3:13.
Qué bello es saber
que cuando tú y yo animamos a otros, estamos reflejando el corazón
de Dios, que es «el Dios del ánimo» Rom. 15:5.
Sin lugar a dudas
el lugar más importante en nuestra vida donde deberíamos ejercitarnos en el
animar a otros es en nuestro hogar, sabes lo importante que es que seas una
esposa que anima, una mamá que anima, una mujer que dice palabras motivadoras,
alentadoras y llenas de amor, los resultados de ser una mujer así son
maravillosos, porque tendrás una familia feliz, tal vez me estás diciendo, yo
necesito ser animada Olimar y ¿quién lo hará conmigo?, bueno déjame decirte que
la mejor manera de experimentar el ánimo que tú tanto deseas es por medio de
ser de ánimo para otros.
Por ello mi amada,
pídele a Dios que te ayude a ver a las demás personas a tu rededor con:
Los ojos de
Cristo.
El corazón de
Cristo.
Las manos de ayuda
de Cristo.
Y mi bella,
conforme tú lo hagas y desarrolles, Dios va a animar y fortalecer tu
propio corazón., comienza hoy, ora por ello, pídele al Señor en este instante
que te ayude a ser una mujer que anima, que levanta y que ama como Jesús.
Proverbios 12:25
La ansiedad en el corazón del
hombre lo deprime,
más la buena palabra lo alegra.
más la buena palabra lo alegra.
Ohhh bendiciones mi querida hermana. Un placer siempre leerte. Seguimos orando por todo. Un fortísimo abrazo.
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