Sé que muchas veces somos víctimas de los
dañinos malos entendidos, es horrible caer en esto nos hace sentir tan mal,
tenemos una mezcla de sentimientos, pero no somos las únicas en el mundo,
millones de personas pasan por similares situaciones, hoy veremos 4 consejos
que nos ayudaran a superar los dañinos malos entendidos.
Si
te preguntas ¿qué es un mal entendido? Te cuento que es una acción bien
intencionada que sin embargo sale mal y causa dolor a alguien.
Todos
hemos pasado por situaciones parecidas, quizá algunas más graves que otras,
pero ¿Cuándo fue la última vez que tú dijiste algo o hiciste algo con la mejor de las intenciones y sin embargo todo salió
tan mal y te arrepentiste de haberlo dicho o haberlo hecho? A lo mejor no fue
hace mucho tiempo, porque los malos entendidos suelen ocurrir con bastante
frecuencia.
Pero cuando uno es víctima de un malentendido queda
malherido, porque inmediatamente uno es criticado o difamado o investigado, o
como decimos familiarmente, uno se mete en un lío grande y sufre y ni sabe cómo
solucionarlo.
A nadie le gusta pasar por esta situación y justamente de
esto es de lo que se aprovecha el dañino mal entendido para lastimarnos, romper
relaciones, acorralarnos y dominarnos. Este dañino nos lo recordará a cada
instante diciéndonos ¿Ya ves lo que pasó? ¿Viste que por hacer bien saliste mal
parada? No seas necia, la próxima vez no hagas nada aunque estés en condiciones
de hacerlo, para que no pases vergüenza una vez más. Dominadas por este dañino,
nos volvemos apáticas a las necesidades espirituales, emocionales y físicas de
los demás. Decidimos que lo mejor será vivir nuestra vida sin pensar siquiera
en los demás.
Si llegamos a este
estado, el dañino de los malos entendidos habrá logrado su cruel cometido.
Entonces cómo conquistar
a este poderoso y cruel dañino.
1-
Reconoce que tu no es el única que ha sido víctima de un mal entendido. No
piense que hay algo raro en ti que hace que los demás no entiendan
correctamente tus palabras o tus actos. No hay tal, todos nosotros somos
víctimas del malos entendidos, porque lastimosamente es un mal universal. Una cosa
es lo que pensamos, otra la que sale de nuestros labios, otra la que llega a
los oídos de nuestro interlocutor y otra la que llega a la mente de nuestro
interlocutor. Es la falencia de la comunicación y la fuente de todos los malos
entendidos. La única forma de evitar malos entendidos sería dejando de hablar
con todos. Pero trate de pasar una sola hora con otros sin decir una palabra.
Verá que es imposible. Entonces es perfectamente posible que tú y yo y
cualquier otra persona seamos mal entendidos. Los malos entendidos son como
algunas bacterias en nuestro organismo. Tenemos que vivir con ellas.
2-
Entrega la situación a Dios. Dile al
Señor en oración: Dios, aquí estoy otra vez. He sido mal entendida, me duele
y estoy tan herida. Tengo la razón pero
nunca me lo creerían. Encárgate tú de poner en claro mi buena intención en todo
este asunto. A veces ni vale la pena tratar de aclarar que tus intenciones
fueron buenas. Los seres humanos sólo vemos las acciones, No podemos ver las
intenciones del corazón. Si tú entras al
tortuoso camino de aclarar esto y aquello para que a todos les conste que tus
intenciones eran buenas, sólo conseguirás hundirte más y más en el profundo
pozo del mal entendido.
3-
Ora al Señor para que le dé sabiduría, discernimiento y tino para hacer o
decir cosas. Antes de hacer o decir algo medite en la forma como lo va a hacer
o en las palabras que va a decir, sé que no es fácil que solemos ser mujeres
emocionales y rápidas para hablar, pero si por alguna razón sospechas que algo
que desearías decir puede prestarse para
ser mal entendido, no lo digas, mejor callar. El hablar impulsivamente o el actuar
impulsivamente nos puede conducir a los malos entendidos con mayor frecuencia y
lastimosamente a mí me ha pasado en muchas ocasiones hemos oído múltiples de
veces el sabio consejo de “Piense antes
de hablar” y yo agrego “Piense antes de actuar”, pero sé que no es fácil debemos
trabajar en ello.
4-
Perdona y sigue amando como Jesús, pide perdón y si a pesar de poner todo tu corazón y empeño para arreglar mal entendido e igual lo has
sido, no te desanimes, pon el asunto en la mano del Señor y sigue haciendo
cosas buenas que agradan a Dios. No te quedes atada por el dañino del malentendido, y sigamos adelante!
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