Escucha.


Cuanto nos  cuesta escuchar, te has puesto a ver a los chicos hablando en un salón de clase?  Pobres maestras, a mí me gusta el silencio no soporto los ruidos, los gritos, de hecho en casa todo se oye en tono moderado, y tengo la bendición de vivir en una zona libre de ruidos escandalosos y ensordecedores, Gracias a Dios!


En la vida cotidiana,  todos queremos hablar y muchas veces por encima de los demás, y si por alguna razón nos quedamos calladas realmente NO oímos lo que nos dicen, te ha pasado con tus hijos? Bueno a mi si,  muchas veces cuando eran chicos, y por eso comencé una nueva estrategia después que les  hablaba les  preguntaba, ¿que te dije? Y ¿Que entendiste?  En ocasiones suelo preguntarlo aún.


Hijo mío, pon atención a mi sabiduría y presta oído a mi buen juicio.

Proverbios 5:1



¿En realidad escuchas a otros?


¿Sientes frustración ante las charlas vanas de las personas con las que tal vez trabajas día a día?

O con quienes estudias, o hasta con quienes vives, pero la realidad es que las personas quieren ser escuchadas, todos queremos que escuchen nuestros argumentos, nuestras razones, nuestras quejas, nuestras frustraciones, solo queremos ser escuchados, recuerdo una vez estuve aconsejando a una mujer, ella llegó  nos saludamos  y comenzó a hablar, y hablar y seguía hablando, y yo solo oía su historia de vida, y cuando termino dijo “gracias por su consejo” me abrazo y se fue,  yo no hablé casi nada, ella necesitaba solo ser escuchada sin interrupciones, eso fue suficiente para ella y se fue feliz.


Escuchar con la boca cerrada es un acto de gracia que no siempre nos resulta fácil; A mi menos que a nadie porque me encanta hablar, pero definitivamente en muchas ocasiones es mejor callar y escuchar, y eso lo estoy aprendiendo cada día.


Algunos sienten que cuándo no los escuchan no es valorado, amado y comprendido.


Recuerda conmigo cuando Jesús fue a visitar a María y a Marta, las dos respondieron de manera diferente ante tan hermosa visita.


María se sentó a los pies del Señor y escuchaba sus palabras, escuchaba atenta y en silencio, yo diría concentrada en sus palabras,  mientras Marta se afanaba en la cocina,  amargada, frustrada y protestando entre dientes hasta reventar y hablar descontroladamente.


Hay un tiempo y un lugar para todas las cosas, pero la mayor prioridad ante los demás es escucharlos, ser un canal de bendición para esa persona que necesita ser escuchada y cuando hablemos hagámoslo bajo el control del Espíritu Santo, y que nuestras palabras sean de bendición y edifiquen, amen, alienten y den esperanza en Cristo.


Lucas 10:41-42 Jesús le respondió a Marta:

«Estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor».


Me encanta esas palabras de Jesús "María escogió lo MEJOR" y hoy quiero elegir lo mejor, quiero elegir  escuchar al Señor, esa voz suave y dulce que habla  a mi corazón, es mi oración que puedas estar atenta a escuchar, no solo a quienes están a tu lado, sino escuchar la dulce voz de Dios a tu vida.





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