Anoche vi con mi esposo e hija una película,
que promete muchos premios Oscar, y realmente resaltamos la actuación de los
personajes, la majestuosidad de los escenarios naturales, y sobre todo la
preciosa historia basada en hechos reales, y me quedé pensando en la vida de un
actor, siempre interpretando una vida que no es la suya, una vida que tal vez jamás
vivirá o tal vez si pudiera elegir jamás desearía vividla.
Pero en la vida real, hay personas que
viven en una constante actuación, cuando hay una discrepancia entre lo que
dicen y lo que son, muchos se hacen “hipócritas”,
por eso hay una frase que dice que “tus hechos hablan más fuerte que tus
palabras” lo oíste alguna vez?, y realmente es así, podemos engañar a muchos
pero nunca a Dios,
delante de sus ojos estamos desnudas, el conoce lo más íntimos pensamientos y
acciones de nuestra vida, las intenciones más profundas de nuestro corazón,
Santiago 3; 17 dice …La sabiduría de lo alto es … sin hipocresía”
Como mujeres cristianas debemos
impactar a un mundo que nos observa.
Nuestras acciones deben armonizar con
lo que realmente somos, nuestro esposo e hijos son los primeros en vernos.
Cuando lees Santiago 3: 17 dice que la
sabiduría de lo alto es pura- sin contaminación ni aditivos, pero también dice
que es Pacifica- que conduce a la paz y la armonía, Amable- cordial, Benigna-buena,
llena de misericordia- compasivas, y llena de buenos frutos, osea frutos
apetitosos y agradables.
Me gusta ver a las personas sabias,
esos hombres y mujeres que rebosan una vida piadosa, una vida controlada por el
Espíritu Santo de Dios, porque están llenas de misericordias y
buenos frutos, y no se apresuran a juzgar ni condenar, no amenazan ni
calumnian, por ultimo como ya vimos dice que la sabiduría es sin
hipocresía porque la verdad se habla y se respalda con motivos limpios delante de
Dios y los hombres, por eso recordemos que nuestro papel como hijas de Dios es
muy diferente al de esos actores y actrices del cine, que muestran como real una vida,
una historia que no es verdadera, por ello llevemos una vida donde
nuestras palabras concuerden con el mensaje que mostramos, viviendo una
vida que honra a Dios sin hipocresía, pidamos al Señor, esa sabiduría que es de
lo alto, y no la terrenal y diabólica, seamos sabias!
Bendiciones
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