Estoy feliz, mañana cumplo 44 años,
y eso me llena de gratitud a Dios, amo
lo que soy y lo que hago, agradezco por mi madre y mi padre, los hermanos que
me dio y todo lo que Dios en su gracia me ha dado desde ese día en que nací en
ese pequeño pueblo llamado Trujillo y todo eso me hace rebosar de felicidad.
Siempre digo soy una mujer amada,
perdonada, redimida y feliz no cambiaría nada de lo que he vivido estos 44
años, cada alegría ha venido de mi Salvador, cada lagrima me ayudo a crecer y
cada experiencia a madurar, así que sea bueno, malo o regular todo ha sido
maravilloso en mi aprendizaje y caminar por este mundo.
A muchas mujeres les parece un
delito decir la edad, a mí no, al contrario me encanta decirlo, cada año es una
bendición, una oportunidad para agradecer a Dios por la vida que me ha dado en
esta tierra, mi amado esposo e hijos son el complemento perfecto que Dios me
dio en mi andar y ellos tres son la bendición de Dios a mi vida, Ali, Estefanía
y Samuel son mis grandes amores, cada uno es especial y único, no hay nada que
cambie de ellos, son maravillosamente perfectos con sus virtudes y defectos los
amo tal cual son, y eso me hace pensar en cómo me ama Dios, así llena de
defectos y virtudes.
Dios no hace acepción y me amó tal
cual soy, vino a morir por mí en la cruz, y eso me hace estarle profundamente
agradecida, Él tomó mi lugar en esa cruz, y me salvó.
No puedo imaginar mi vida sin Él,
nada hubiera sido como es, nada hubiera sido igual, Él trajo luz a mi vida,
esperanza y amor, y todo eso es lo que me hace estar completa.
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