Cuando nuestros hijos comienzan la escuela y pasan a primer grado, no solo ya han comenzado a escribir y leer, sino que comienza a entrar a sus vidas las matemáticas, las terribles matemáticas.
Estas son una de las
cosas por donde comenzamos todos sin distinción de estatus social, las matemáticas,
los números nos perseguirán toda la vida, comenzamos aprendiendo los números y luego a SUMAR y RESTAR esas son las primeras operaciones matemáticas que hacemos, y una vez que entraron nadie los sacara
jamás, hacemos cuentas para todo en nuestro diario vivir, pero te
has puesto a pensar en ¿sumar bendiciones y restar desilusiones?
Me gusta mucho el Salmo 41:1 que dice
“Bienaventurado el que
piensa en el pobre”…
La palabra Hebrea que traduce PIENSA: significa pensar en
los demás y no en ti mismo.
Y la palabra POBRE: se refiere a los que están en
necesidad, pero no necesariamente está hablando de pobreza económica, aquí y hasta el versículo 3 él Salmista está haciendo recordatorio de
aquellos que NO tuvieron misericordia con él, a nuestro alrededor hay mucha
necesidad, hay gente y aun conocidos nuestros que son carentes de amor, de comprensión,
de esperanza, de ayuda y aunque no podemos resolver todos sus problemas aun
cuando así quisiéramos; podemos demostrarles que nos importan, que les amamos
como Cristo, que son especiales para nosotras.
Puede que no tengamos mucho o nada de dinero para ayudarles y
solventar alguna necesidad económica, si así fuera el caso, y que tal vez este sea la necesidad más fácil de
resolver, pero podemos darle de lo que
si tenemos, " nuestro tiempo", podemos darle un poco de nuestra comprensión, de
nuestro amor, podemos ofrecerles nuestro hombro para llorar y podemos
arrodillarnos juntas y orar, podemos leer la Palabra de Dios juntas y buscar allí
consuelo y guía, el Salmista nos dice que no sea tan egoísta pensando solo en mí,
sino pensar en otros para sumar bendición sin restar desilusión, hoy te animo a
ser una sumadora de bendiciones.
Que preciosa entrada mi querida hermana, ¡y cuán cierta! Usemos las matemáticas de Dios para bendecir a otros y para restar todo lo que nos aleje de Él.
ResponderEliminarComo siempre, bendices mi vida, un abrazo. Esther
Gracias mi amada Esther por entrar, leerme y por tus palabras, gracias a Dios por tu vida y por aceptar ser sumadoras de bendiciones, que podamos cada día sumar en la vida de las personas a nuestro lado, que podamos ser sumadoras del amor de Cristo, besos
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