5/28 Maneras Bíblicas de mostrar el amor de Dios





    Mostremos el amor de Dios, teniendo en alta estima a los demás.

Uno de los pecados más arraigados en el corazón humano es precisamente la envidia, el egoísmo y la rivalidad, lo vemos día a día en este mundo y la iglesia no fue exenta de tal pecado por ello Dios lo deja claro "Nada hagáis por contienda", ERITHIA, "por egoísmo", o  "rivalidad",  no buscando rango, o posición.

La vida cristiana no es un concurso por favor no olvidemos eso, si algún hermano tiene más alto concepto de sí que el que debe tener, hay gran peligro de rivalidades, envidias y contiendas; la vanagloria no es más que  una "gloria vacía",  es una especie de orgullo que es vacío, porque tal vanaglo­rioso quiere exaltarse a sí mismo, en lugar de buscar el bien de la congregación.

 El interés propio no debe ser el objetivo del cristiano,  "antes bien con humildad estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo".

Cada cristiano sabe sus propias faltas y debilidades, y de esta manera es fácil suponer que el otro hermano es mejor que él.

La humildad impide y des­truye el deseo de ganar la primacía sobre otros hermanos.

El hermano humilde no promueve su propia reputación; él busca el bien de sus hermanos.

Si obedecemos este mandamiento, dará el golpe mortal a toda ambición vana. 

Hoy ora por esa persona que tú sabes que es vana, para que Dios le dé una dosis de humildad, y agradece a Dios por la humildad de esa persona que sirve con amor no para que la vean sino para honrar a Dios con su vida.












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