Mostremos
el amor de Dios, siendo
amables y considerados con los demás.
¿Por qué debemos
recibir a los hermanos con amabilidad y consideración? Porque Cristo así nos ha
tratado.
Si Dios me ha dado la
bienvenida a Su familia y a Su cuerpo, la Iglesia.
¿Cómo puedo rehusar
dar la bienvenida a otro, a quien Cristo ha recibido?
¿Cómo puedo rechazar a una persona que Cristo ha recibido?
Ser gentil, amable y considerado debería ser una actitud constante a en nuestra vida.
Hoy y cada día
demostremos que somos hijas siendo amables y consideradas en nuestro trato a
otras personas, mostremos así el amor de Dios.
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