Cuando nos hieren nos
hacen daño, lastiman nuestro corazón que difícil es perdonar, amar es fácil cuando
nos aman, cuando nos comprenden, nos ayudan y nos soban la espalda, pero amar
cuando nos lastiman, nos humillan nos traicionan, es allí donde veré de que
esta hecho mi corazón, y lo más importante es mi deseo de perdonar.
¿Qué debemos hacer en tales circunstancias?
La Biblia es clara y dice: de la manera que Cristo os
perdonó, así también hacedlo vosotros.
Wow no es fácil, figurativamente hablando, esto no quiere
decir que uno debe convertirse en un felpudo, por donde todos caminen y se
limpien los pies.
Pero sí quiere decir que cuando tengamos una queja, hemos de
ir al individuo y tratar de solucionar el problema.
Tenemos que ser conscientes de que siempre va a haber
personas con quienes no podremos resolver problemas y llevarnos bien.
Y el pensamiento de Pablo aquí es que Cristo nos ha perdonado
tanto a nosotros que no nos hará daño el perdonar a alguien que nos ha dado un
pisotón.
Tenemos que perdonar a otros de la misma manera en que Cristo
nos ha perdonado.
Hoy estemos dispuestas a perdonar.
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