Escoger la
benignidad.
Podemos escoger
el espíritu amargado y odioso, y también podemos escoger el espíritu amable y
benigno.
Antes sed
benignos unos, con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios
también os perdonó a vosotros en Cristo.
Debemos tener
una disposición benigna de corazón, o de bondad
eso significa, bondad en acción, una benignidad que se expresa en
actuaciones concretas.
Hoy podemos
ejercitar la benignidad de manera práctica y genuina usa cada oportunidad para así
mostrar el amor de Dios.
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